jueves, 20 de marzo de 2025

Pico Camborisco. Circular desde Oseja de Sajambre

Salida: Oseja de Sajambre (León)
Distancia: 17,0 km
Duración: 6:45 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1100 m
Altura Inicial: 750 m
Altura máxima: 1713 m
Fecha de realización: 15/03/2025
Dificultad: media
Track de la ruta




Itinerario: Oseja de Sajambre – GR 201 Senda del Arcediano – Balcón de Peñacil – Mirador de Verrunde – Entramboscaminos – Camino Viejo de Valdeón – Los Casares – Valle de los Pontigos – Majada de Pedroa – Río los Pontigos – Majada de las Porqueras – Collado Viejo – Pico Camborisco – Collado y Majada de Piedrashitas – Mirador de Piedrashitas – Puerto de Panderruedas – Camino Viejo de Valdeón (PR PNPE 33) – Majada el Prendal – Monte Camborisco – Río de los Pontigos – Los Casares – Entramboscaminos – GR 201 – Mirador de Verrunde – Oseja de Sajambre.


Preciosa ruta invernal que partiendo de Oseja de Sajambre nos permitió alcanzar la modesta cumbre del Camborisco disfrutando de los hermosos paisajes del Valle de los Pontigos y del hayedo del Monte Camborisco por donde baja el Camino Viejo de Valdeón. Con nieve blanda por encima de los 1200 metros y nubes altas por la mañana y bajas por la tarde, la ruta discurre casi toda ella por el interior de bosques recorriendo sendas y caminos en buen estado, salvo en el tramo por encima de la Majada de Pedroa donde la senda a veces se desdibuja.

Niajo y Pozalón desde Oseja de Sajambre.

Desde el aparcamiento de Oseja de Sajambre tenemos esta vista del Valle de Zalambral. Al fondo, entre las nubes, vemos La Cerra el Porro, Peña Negra y totalmente oculto a la derecha Peña Mora. Más cerca a la izquierda está el Canto la Tabla.

Salimos de Oseja de Sajambre por el camino (S) que comparten el GR 201 Senda del Arcediano y el PR PNPE 33 Panderruedas-Oseja de Sajambre (Camino Viejo de Valdeón). Dos largas lazadas permiten ganar altura sobre el fondo del valle donde nace el río Sella y nos sitúan sobre el Balcón de Peñacil y el Mirador de Verrunde donde el camino vira al este. Pronto alcanzamos la bifurcación de Entramboscaminos donde el GR y el Camino Viejo se separan. El primero baja a la carretera y continua hacia el puerto del Pontón, el segundo, el nuestro, sube hasta el de Panderruedas.

Desde el Balcón de Peñacín tenemos esta vista de la Pica Ten.

Poco antes de llegar a Entramboscaminos pasamos junto al extremo sur de la Peña los Mazos. A la izquierda se abre el valle por donde se sube a Justidioso y Samao (por aquí subimos hace un par de años al Pico Jario, ver aquí)

El camino cruza entre las cabañas y prados de Los Casares y rodea la enorme peña de Los Mazos. Justo en este punto el camino se vuelve a desdoblar. El Camino Viejo a Valdeón sigue llano a la derecha mientras que el otro, por el que seguiremos, sale a la izquierda (NE) y se retuerce para subir bastante embarrado pero con poca inclinación. Da dos revueltas ganando algo de altura y sube después por la margen derecha del Río de los Pontigos. El camino ancho finaliza en las praderas de la Majada Pedroa frente a la cascada estacional de Fuente el Joyo que se podría visitar cruzando el río Los Pontigos.

Pasando por Los Casares. De frente vemos el Canto la Vastia que es el extremo occidental del Pico Camborisco. A la izda, tras los árboles, vemos la Peña los Mazos.

Llegando a la Majada Pedroa encontramos esta preciosa cascada estacional.


Llegando a Pedroa.  Aquí finaliza el camino ancho. La cascada queda a la derecha de la foto. 

La Majada Pedroa queda limitada por las verticales paredes de la Peña los Mazos.

Continuación de la vista anterior.

La nieve que cubre la zona nos impide ver el inicio de la senda que da continuación al camino ancho; al principio, cuando nos sumergimos en el precioso hayedo, debemos rectificar. Después se sigue bastante bien a pesar de algunos árboles caídos mientras, abajo, el río se encajona en el barranco. Salimos a una pequeña planicie rodeada de árboles a la vera del río. Lo vadeamos y subimos por la ladera contraria (SE) que es muy inclinada. Los primeros metros por una riega, después salimos a la derecha pasando por una horcada y finalmente nos situamos en un balcón desde el que obtenemos una impresionante imagen del Pico Jario y de los Picos de Valdelafuente.

La senda se adentra en el bosque y avanza con poca inclinación por la margen derecha del arroyo Los Pontigos.

Otra imagen del camino nevado.

La senda, que a veces se desdibuja, cruza el arroyo en este punto. Al otro lado sigue una dura remontada para alcanzar la Majada de las Porqueras.

Hacia el final de la subida hay que atravesar una repisa o balcón desde la que tenemos unas vista espectaculares sobre el murallón de los Picos de Valdelafuente (vemos el Pico Jario arriba en el centro).

Superadas las verticales paredes nos situamos en una amplia terraza donde se sitúa la Majada de las Porqueras con su prado en medio del bosque. Al otro lado el camino continúa (S) en suave ascensión hasta alcanzar un hombro en el borde del hayedo que da vista al Cerro Centenal, al este, y a la alargada cuerda que va desde el Canto la Vastia hasta el Pico Camborisco.

Estamos en la Majada de las Porqueras. Miramos hacia atrás (norte) y nos encontramos con los Picos de Valdelafuente entre el Jario y la Pica Samaya.

Pasada la Majada de las Porqueras la senda nos sube unos metros más por el hayedo para doblar este hombro donde las hayas dan paso a los brezos.


Desde ese hombro miramos al suroeste.


Continuación de la panorámica anterior hacia el oeste. A la derecha (fuera de foto) se vería el Tiatordos.

La senda dobla el hombro y sigue por una ladera invadida por el brezo hasta alcanzar el hayedo que vemos en esta foto.


Subimos cómodamente por el hayedo hasta alcanzar el Collado Viejo.

Espectacular vista de los Picos de Valdelafuente (Pico Jario) desde el Collado Viejo.

Cerra Centenal desde el Collado Viejo.

La senda atraviesa (E) casi en llano esa ladera despejada de arbolado pero invadida por el brezo y algunas escobas. Al cruzar una riega que baja de la Cerra Centenal nos sumergimos de nuevo en el hayedo nevado. Subimos (SE) tranquilamente (la capa de nieve no tiene más de 10 cm) entre las hayas hasta alcanzar el Collado Viejo situado entre la Cerra Centenal y el hombro occidental del Pico Camborisco. Una senda mucho más marcada baja (E) hasta la Majada Piedrashitas y, más allá, hasta Panderruedas. Pero antes queremos subir al Camborisco.


En el centro vemos el Pico Camborisco. Para alcanzar su cima habrá que atravesar primero un tramo de matojos y brezos y después continuar por su arista.

En el Collado Viejo viramos al sur y, sin senda ni camino, subimos entre el brezo bajo hasta la zona más alta donde debemos atravesar un tramo corto de brezos altos para salir a la arista occidental del Camborisco. Avanzamos por esta arista cuyas paredes meridionales caen verticales mientras que al norte la ladera es inclinada pero no demasiado. Alcanzamos el punto culminante del Camborisco. Se trata de un alargado crestón de pudinga (conglomerado de cantos rodados) como las demás montañas de la zona que contrastan con las blancas calizas de los cercanos Picos de Europa.

Cerca de la arista los matojos son de bajo porte.

Por la arista hacia la cercana cumbre del Camborisco.

Vista hacia atrás de la arista occidental del Camborisco. Venimos del cerro que se ve a la derecha.

En la cima del Camborisco.

Como la ladera norte es bastante suave, los brezos cercanos son de bajo porte y más abajo pero cerca está el hayedo limpio, bajamos casi directos cruzando un par de pequeños pedreros de cantos rodados hasta internarnos en el bosque limpio. Enseguida salimos al camino que viene del Collado Viejo y por él descendemos hasta el Collado y Majada Piedrashitas.

Después de bajar del Camborisco la senda nos lleva hasta la Majada y Collado de Piedrashitas a los pies de la peña homónima. Hay una cabaña-refugio en su base. El camino baja por la riega que vemos a la derecha.

La mañana se ha ido cubriendo de negros nubarrones ocultando las montañas, el frío se acentúa y unos ralos copos de nieve anuncian una ventisca que luego no se materializará. En la única cabaña situada al lado del collado y pegada a la peña del Pico Piedrashitas paramos a comer. De nuevo en el collado, seguimos por la marcada senda (S) que se adentra en el bosque y sube unos metros hasta alcanzar el Collado Posadorio donde se encuentra el Mirador de Piedrashitas. Las nubes tapan las montañas y la niebla casi oculta el valle de Valdeón, hacemos un par de fotos de compromiso y continuamos por un camino ancho que baja hasta la cercana Área Recreativa del Puerto de Panderruedas.

Entre el Collado Piedrashitas y el mirados la marcada senda nos lleva por este precioso hayedo.

Mirador de Piedrashitas.

La niebla se ha metido y apenas nos deja ver el Valle de Valdeón desde el mirador.

Bajando del Mirador de Piedrashitas al Área Recreativa de Panderruedas el camino gana entidad.

Por el Camino Viejo de Valdeón, etiquetado como PR PNPE 33 Panderruedas-Oseja de Sajambre, bajamos (O) en medio del precioso hayedo del Monte Camborisco. Pasamos junto a la Majada el Prendal, después viramos al norte y antes de alcanzar el Río de los Pontigos aguas debajo de donde lo cruzamos por la mañana, cruzamos una zona repleta de grandes bloques de pudinga (aglomerado de cantos rodados) desprendidos de los verticales paredones del Canto la Vastia.

Camino Viejo de Valdeón por donde discurre el PR PNPE 33 Panderruedas-Oseja de Sajambre.

El camino atraviesa el Monte Camborisco y una zona de enormes cantos rodados (pudingas) desprendidos del Cantu la Vastia.

Río de los Pontigos.

Cruzamos del Río de los Pontigos por este puente de madera.

Poco después de cruzar el Río de los Pontigos por un puente de madera enlazamos con el camino de ida. Pasamos por Los Casares, cruzamos una portilla en Entramboscaminos y, rodeando los preciosos farallones de la Pica Burdió, pasamos por el Mirador de Verrunde y el Balcón de Peñacín. En este último tramo el camino está soportado por recios muros de mampostería. Más abajo, tras las dos revueltas que señalé al principio de esta reseña, el camino entra en Oseja de Sajambre en cuyo lavadero, situado detrás de la iglesia, nos refrescamos.

Lorenzo Sánchez Velázquez




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