domingo, 6 de septiembre de 2015

Pico Cogochu en el Cordal de Urbiés

Salida y llegada: La Llera

Distancia: 12 km
Duración: 4:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 640 m
Altura Inicial: 400 m
Altura máxima: 1017 m
Fecha de realización: 20/V/2013
Dificultad: baja
Track de la ruta



Mapa de la ruta
          La Llera pertenece a la parroquia de Turón en el concejo de Mieres y se encuentra en el punto kilométrico 8 de la AS-337 que comunica Figaredo con Sotrondio. Justo encima del puente sobre el río Turón hay un pequeño aparcamiento y un panel informativo de la ruta (PR-AS 34) que seguiremos fielmente. El camino hormigonado, entre prados con cerca antigua de madera y otros de piedra cubierta de musgo, líquenes o hiedra, arranca con fuerte pendiente en dirección norte. El arbolado de castaños, fresnos, avellanos, robles y abedules, forman una preciosa cubierta, que mantiene la umbría, dando un encanto de cuento de hadas. Varias revueltas y un desnivel inicial de casi 100 metros nos dejan en la solitaria y pequeña aldea de Lléu.
Camino hormigonado que sube a Lléu

Desde el camino a Lléu vemos una parte del extenso bosque que cubre la ladera norte de la Sierra de Longalendo al otro lado del río Turón
Casas y cuadras en Lléu
           Aquí el camino vira al oeste, siguiendo después hacia norte hasta las casi abandonadas cabañas de L’Artusu con sus cubiertas de piedra a punto de derrumbarse, cuando no ya en el suelo. El hormigón da paso a la tierra que ha no nos abandonará hasta Urbiés. Un corto llaneo nos lleva por una pequeña fuente y lavadero continuando más allá en medio del tupido bosque.
Casa en ruinas en L'Artosu
Pequeño lavadero y fuente en L'Artosu
          Sigue después con poca inclinación hasta que el camino parece que llanea. Entonces nos apercibimos que, en realidad, el llano se dirige a un prado y nosotros debemos remontar por donde nos indican las señales. En esta zona el camino, que está bien señalizado, va perdiendo su compostura invadido por la exuberante vegetación, ayudada por el agua permanente que inunda sendas y prados.
         Cuando llegamos a los regueros que forman el arroyo de San Justo, el camino da una amplia curva hacia el oeste, casi en llano;después vira al sur por una zona empedrada e inundada, para retomar, más adelante, la dirección oeste convertido en mullido tapiz de hierba. Así llegaremos a la aldea de San Justo donde viven varias familias en casas de piedra arregladas. Nos acercamos a la ermita de San Justo, cuya existencia se remonta, al menos, hasta el siglo IX. Constituyó una variante en el camino de Santiago y fue cenobio y hospital de peregrinos. Un panel nos informa de estas y otras circunstancias.
Muy cerca ya de San Justo

Ermita de San Justo
          Volviendo sobre nuestros pasos hasta el final de la aldea, seguimos por el camino principal, que es continuación de la carretera que aquí finaliza. Ancho y apto para toda clase de vehículos, tiene limitado el paso sólo a los vehículos autorizados por estar dentro de la zona de protección especial “Paisaje protegido de las Cuencas Mineras”. Realmente, al viajero que no conoce estas tierras, el paisaje le sobrecoge por su extraordinaria belleza.
         La pista salva el desnivel mediante tres revueltas dejándonos en una zona de praderías llana muy cerca del lomo de la sierra. A partir de ahora tendremos unas preciosas vistas panorámicas de todo el valle del Turón, con la sierra de Longalendo cerrándole por el sur. Más arriba emergerán sobre esta última sierra, el cordal de Carroceo y la Cordillera Cantábrica. Hacia el este el valle está cerrado por la Sierra de Navaliego y por encima de ésta, la inconfundible silueta de Peña Mea. A 850 m de altura encontramos un desvío a la derecha, perfectamente señalizado, que nos indica hacia el pico Cogochu y el recorrido de la Vuelta a Langreo (PR-AS 44).
No hay posibilidad de equivocarse; la señalización es perfecta.
         Tomamos el desvío que en pocos metros da acceso a otra pista que viene desde el pico Polio, situado al oeste. La seguimos, fieles a las marcas del PR, hasta una indicación que nos desvía a la derecha por un sendero que remonta a la cumbrera de la sierra. Las excesivas marcas nos van encaminando a la bien visible cumbre del Cogochu que podemos abordar frontalmente sin ningún problema o bien, rodearlo por el norte, para acometer los últimos metros de ascensión por el oeste con algo menos de inclinación.

Ladera oriental del Cogochu por la que sube la senda cimera
       Las vistas ya se han descrito. Este pico es la cumbre más alta del concejo de Langreo y tiene allí una placa en forma de castillete minero con su vagoneta y un casco minero en homenaje a los que dieron la vida en la mina.

Castillete minero en la cima del Cogochu

Casco minero y buzón de montaña en la cima del Cogochu
Condal de Urbiés con el pico Polio al fondo

Turón desde el Cogochu; más cerca vemos la aldea de Carcarosa.
Aldea de Villandio. Al fondo el Cordal de Longalendo. Las nubes no nos dejan ver detrás el de Carrocedo.
           Bajamos del pico por cualquiera de los caminos descritos antes y descendemos a la pista para retroceder por ella, hasta el punto donde la tomamos. Seguimos más allá, en contra de las indicaciones, para enlazar con el camino que hemos traído desde San Justo en el punto donde ambas pista confluyen (son apenas unos metros). Enseguida encontramos la Campa les Abeyes, pequeño promontorio con muy buenas vistas sobre la localidad de Urbiés y de todo el valle del Turón.

Urbiés (con algo de zoom) desde la Campa les Abeyes
             En llano, el camino nos lleva ahora al cruce de caminos de la Campa Urbiés. El que sigue de frente (hacia el este) va hasta el Alto de la Faya o de La Mozqueta, por donde pasa la carretera LA-7, el que se dirige al norte va a La Nueva y más allá, por carretera, hasta Ciaño, y el camino que se dirige al sur hacia Urbiés por donde seguimos. En un primer tramo el camino, que no pista para vehículos, permite un agradable descenso disfrutando del paisaje.
Camino de bajada de Urbiés, antes del barrizal.
           Pero más abajo, cuando da una amplia curva hacia el este, el agua que baja por las laderas lo inunda embarrándolo completamente. Este corto tramo de medio kilómetro se hará feo porque hay que mirar bien donde se pisa. Así hasta cruzar el caudaloso arroyo Recerezal por un pequeño puente. El agua se desploma por debajo de Urbiés y su rumor nos acompañará hasta que pasada esta localidad, desemboque en el Turón y nosotros en la carretera. A partir del arroyo el camino es llano hasta Urbiés.
          Apenas debemos cruzar unas pocas calles de la aldea, siguiendo las marcas del PR, para continuar nuestro itinerario. Dos pequeñas revueltas a la salida del pueblo nos encaminan por un agradable sendero próximo al arroyo hasta La Vegona, donde se inicia primero el hormigón y en enseguida el asfalto que lleva a la carretera. Una fuente con un viejo grifo que no funciona y una inútil placa informando sobre su potabilidad se encuentran al otro lado de la carretera. No hay más que seguirla unos 800 metros para regresar el punto de partida en La Llera.

Nota final: El tramo comprendido entre L’Artusu y San Justo tiene varias zonas con algo de barro y otra, cerca de San Justo, donde el reguero inunda el camino. Entre La Campa de Urbiés y el cruce del arroyo Recerezal hay varios tramos con abundante barro. Se debe llevar calzado apropiado e incluso bastones.

Lorenzo Sánchez Velázquez







martes, 11 de agosto de 2015

Pico Pienzu y Tejeda del Sueve

Salida: Altu'l Fitu
Perfil de la ruta
Llegada: Mina Emilio (Minersa)
Distancia: 12 km
Duración: 5:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 650 m
Bajadas acumuladas: 1100 m
Altura Inicial: 571 m
Altura máxima: 1161 m
Fecha de realización: 24/XI/2012
Dificultad: media
Track de la ruta

Ejemplar de tejo
        Hemos subido al Pienzu y visitado el maravilloso hayedo de la Biescona; en otras ocasiones recorrimos toda la sierra del Sueve entre el Alto de la Lama y el propio Pienzu, pasando por la segunda cumbre de la sierra, el pico Mirueñu. Pero en la ladera noroccidental del Pienzu se encuentra el gran Texedal del Sueve con unos 8000 ejemplares de gran porte mezclados con árboles de otras especies (acebos, espinos, fresnos, etc). Se trata de uno de los bosques de tejos mejor conservados de Europa. Este será el principal objetivo de esta ruta.

        El tejo es un árbol de gran porte, ramas retorcidas y hoja perenne de un verde muy oscuro. Los tejos son dioicos; es decir, tienen sexo y sólo los ejemplares hembra dan fruto. Todas sus partes (corteza, hojas y semilla) son venenosas porque contienen un alcaloide muy potente llamado taxina que paraliza el sistema nervioso central y produce la muerte por parálisis respiratoria. Su madera es roja y tiene una extraordinaria dureza por lo que se usó para fabricar ejes de carro. El tejo, además, era un árbol sagrado para los Celtas y, en los lugares donde tenían sus ritos sagrados, los cristianos construyeron iglesias y cementerios, normalmente al lado de un tejo.


         Para realizar la travesía utilizamos dos vehículos. Uno quedó en el desvío de la carretera AS-260 entre Colunga y Arriondas que, después de pasar Loroñe, da acceso a Mina Emilio de la empresa Misersa. Seguimos con el otro hasta el Altu’l Fitu (571 m) donde se encuentra el famoso mirador y un aparcamiento con bar.
         El camino para ascender al Pienzu comienza frente al aparcamiento, al otro lado de la carretera. Después de un pequeña subida, el sendero llanea casi 4 kilómetros, pasando por la ruinas de Les Cabañes d’Amor (645 m) y continúa hasta confluir con la pista de tierra que viene desde la carretera hasta los amplios pastizales de Bustacu (670 m), donde hay algunas cabañas en ruinas.
Majada de Bustacu con el Pienzu al fondo
          Aquí se encuentra un gran depósito circular que abastece de agua a los servicios contraincendios y es donde comienza la ascensión al Pienzu. Mantenemos la dirección hacia el oeste subiendo hasta lo más alto de los pastizales donde arranca una senda que deja a la derecha un pilón ganadero. La senda nos lleva hasta el camino ancho que remonta por la ladera meridional de la sierra hasta alcanzar las altas praderas donde se encuentra la fuente y cabañas en ruinas de Mergullines a 928 m de altura. La vista se extiende hacia los picos más occidentales de la sierra (Mirueñu).
Desde el Pienzu hacia el suroeste: pico Mirueñu
          Viramos al norte para subir por la empinada ladera del Pienzu utilizando alguna de las sendas hitadas o bien ascendemos por donde mejor parezca. Así remontamos estos últimos y duros 200 m y alcanzamos la cima (1161 m) del pico coronada por la gran cruz metálica de 16 metros de altura colocada allí en 1954 por numerosos vecinos de la zona para sustituir a otra más modesta de madera. En dirección norte noroeste veremos Lastres y su puerto, Colunga, Carrandi y, más cercanos, los picos Cordobana y Busfrescosu por cuya ladera oriental continuará nuestra ruta
Tramo de costa desde el Pienza entre Lastres y Colunga (izda) y La Isla y playa Espasa (dcha)

Parte de la tejeda del Sueve entre los picos Fontanielles (izda) y Cordobana (dcha) por este último continúa la tejeda y hacia allí nos dirigimos.
         Bajamos por la ladera occidental del Pienzu aprovechando una vía herbosa con no demasiada inclinación que nos permite acceder al bosque donde abundan los grandes tejos mezclados con acebos, espinos, fresnos y avellanos principalmente. El verde oscuro de los tejos, sus retorcidas ramas y tronco y su porte contrastan con las otras especies arbóreas dando magníficas estampas.
Los tejos se entremezclan con acebos, espinos y otras especies arbóreas.
           Finalizado el tramo herboso, nos adentramos en una zona donde el casi imperceptible sendero se pierde a veces en las pocas manchas herbosas que quedan entre la exuberante vegetación. Lo abrupto del terrero, con sus “jous”, agujeros del tamaño de un pie a veces sobre el mismo sendero (¡cuidado!), peñas, etc, entre la tupida cubierta vegetal, hacen difícil la marcha y la ralentizan con frecuencia. No es recomendable adentrarse en estos parajes en días de niebla si no se dispone de un buen sistema de orientación.

Abajo vemos el Foyu les Ortigues a los pies del pico Cordobana


Otra imagen donde verde oscuro de los tejos contrasta con el resto de árboles
          Al entrar en el bosque hemos girado al norte con la vista puesta en el pico Cueto Mayor o Cordobana que tenemos enfrente. En el descenso tendremos hermosas vistas enmarcadas entre los montes citados: los tejos y acebos en primer plano y las localidades costeras y el mar al fondo. Pasamos por la fuente y abrevadero de La Texuca para alcanzar una pequeña vega situada en la base del Cordobana. Se trata de un “jou” llamado Foyu les Ortigues (721 m). Rodeamos el pico, dejándolo a la izquierda y también el “jou” para encaminarnos al noreste y enlazar con la siguiente hondonada. Más adelante continuaremos ya por el fondo de la riega.

          Encontramos también una balsa forrada de plástico por encima de un pilón ganadero. Siempre en descenso, bordeamos después el pico Corcobu por su ladera oriental y más allá el pequeño monte calizo de Foyuscuro que dejamos ahora a la derecha. Un poco antes, entre ambos montes, nos hemos salido de la riega y del bosque y nos adentramos en una zona de cotoyas.
Pilón ganadero en plena tejeda
          También hacia el final del bosque, después de rodear una charca-lodazal, reencontramos el sendero que arranca, inundado, entre irregulares peñascos. Poco antes habían pasado unos caballos que bajaban los ganaderos y la reciente vereda estaba en mal estado. Pero en seguida nos lleva por una zona más abierta hasta un amplio collado herboso (376 m) que da vista de nuevo a la costa y donde encontramos caballos pastando. También tenemos a la vista la mina Emilio, final del recorrido. Aquí nos detenemos a reponer fuerzas.
Entre dos acebos vemos el pico Cordobana y el puerto de Lastres
          Reanudamos la marcha siguiendo el camino que a partir de este punto se ensancha y desciende hacia la majada un poco destartalada de El Copín (250 m). Antes de llegar a la majada sale a la derecha un ancho camino minero que lleva a las bocaminas de las antiguas minas de calcita (espato calcita) de El Toniellu (280 m) cerradas hace décadas. Un corto túnel da paso a la explotación en cuyas paredes apreciamos aún afloramientos de espato. Pasado El Copín, el camino, transformado ya en pista, pasa entre prados y eucaliptales hasta desembocar en la carretera a unos metros de la desviación hacia la Mina Emilio (90 m) donde tenemos el segundo vehículo.

Nota: Mina Emilio (Minersa) es una de las principales minas de espato-fluor (fluorita) de España. Se han extraído fluoritas transparentes o con incrustaciones de pirita e incluso grandes geodas a principios de los años 80 del siglo pasado.

Lorenzo Sánchez Velázquez

viernes, 3 de julio de 2015

Cirbanal. Circular desde Caldas de Luna


Perfil de la ruta
Salida y llegada: Caldas de Luna
Distancia: 17,3 km
Duración: 6:30 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1100 m
Altura Inicial: 1150 m
Altura máxima: 2077 m
Fecha de realización: 29/VI/2015
Dificultad: media
Track de la ruta


  


El macizo calizo de Peña de la Silla y Peña Genestosa en León tiene su máxima altura en el pico Cirbanal. Forma una medialuna orientada al este que desagua en el río de Caldas a través de cañón de Pincuejo cercano a la aldea de Caldas de Luna donde se encuentra el famoso balneario. Al norte extiende su gran cresta hasta la Peña Cacabillos donde finaliza y da paso a la depresión de la Hoya de Cacabillos, nacimiento del arroyo del mismo nombre. A su vez esta hoya queda encerrada por los picos Cruz del Ciego, Fasgal y Negrón (horadado por el túnel de la autopista A-66) en el límite provincial con Asturias. El arroyo Cacabillos baja hacia el sur para formar el río Caldas al confluir con los arroyos Vildeo y Carrió justo en la salida leonesa del túnel del Negrón. Estos serán los lugares recorridos en esta ruta.

Iglesia de San Juan Bautista en Caldas de Luna.

Llegamos a Caldas de Luna (1140 m) hacia las 9:30 horas de una calurosa mañana de verano y aparcamos al lado de la blanca iglesia de San Juan Bautista. Tiene una hermosa espadaña de piedra con tres campanas, un pequeño atrio rodeado de un jardincillo y alguna nave lateral. Con el fuerte sol del verano, el blanco de sus paredes externas contrasta con la oscura piedra del campanario y los contrafuertes.
Vista atrás de Caldas del Luna con la A-66 y las Peñas del Prao y La Bagarragana al fondo.

Nos calzamos las botas y comenzamos la andadura subiendo por la calle que deja la iglesia a la derecha. Seguimos por la primera calle que sale a la derecha y cruza complemente la aldea; apenas encontramos gente y muchas casas de reciente factura o arregladas están cerradas: aún no han tomado vacaciones sus moradores. Llegando al final hay algunas que se alquilan aprovechando el tirón del balneario.

Siguiendo la calle asfaltada, las casas dan paso a huertos, prados y un lavadero antes de alcanzar el barrio donde se encuentra el Balneario. Proseguimos de frente por la pista de tierra que discurre en paralelo al río de Caldas y nos lleva a un doble túnel en curva que permite cruzar la A-66 al río por uno de los ojos y a los vehículos y caminantes por el otro.

 
Túneles del Negrón.

Poco más adelante otro túnel nos devuelve al otro lado de la autopista justo donde finaliza el túnel del Negrón en la parte leonesa (1230 m). Aquí abandonamos el camino ancho que prosigue por encima de la boca del túnel hacia las Brañas de Gameo y Las Veigas. El nuestro, señalizado como Ruta de las Brañas de Caldas, sale a la izquierda entre grandes escobas que encontramos en flor y pasa entre dos piedras siguiendo el valle surcado por el arroyo Cacabillos. Más arriba se estrecha y en algunos tramos la senda queda casi tapada por el escobar hasta que nos adentramos en el robledal del Enejal (esta zona precisa de urgente desbroce).


Inicio del camino que sube a las Brañas de Lavén.

Vista atrás desde el Alto de la Sendina: Enejal, boca del túnel del Negrón en la A-66 y Peñas del Prao.
Valle de Lavén: cabañas del Paso y del Recuesto (o Cacabillos) al fondo.

Supera después un espolón rocoso en el Alto de la Sendina (1358 m) dando acceso al amplio valle de Lavén (o Ladén según los mapas). Desde el alto vemos las cabañas de varias majadas que se asientan en el valle (Cabañas de El Paso, cerca; y cabañas de la Foz o del Recuesto, más arriba). Bajamos unos metros hasta llegar a la altura del arroyo de Cacabillos, donde forma un pequeño remanso con una cascadita. Cruzamos después por medio de los prados de la braña, pues el camino antiguo que pasaba al lado del cierre de piedra está invadido completamente por el escobar. Enseguida desembocamos en una moderna y ancha pista que viene de Caldas rodeando por el collado La Divisa (situado en la ladera meridional del pico Negrón) y además de dar acceso a este hermoso valle, permite llegar al valle del arroyo Pincuejo situado más al oeste al otro lado del Alto de la Silla (no confundir con la peña del mismo nombre); alto que vamos dejando a la izquierda según subimos por Lavén.

Cruce del arroyo Cacabillos.

Por la pista apenas caminaremos unos pasos hasta cruzar (1413 m) el arroyo Cacabillos y la dejaremos continuar hacia el collado La Divisa, las Brañas de Gameo y Las Veigas y finalmente Caldas de Luna (PR de las Brañas de Caldas). Seguimos por una senda en paralelo al arroyo pero ahora por su margen izquierdo. A nuestra izquierda dejamos un pequeño valle que sube hasta el collado Buéis punto de acceso directísimo hacia el Cirbanal. Nosotros daremos un rodeo.


Picos Cruz del Ciego y Fasgal desde la Hoya de Cacabillos.

Pico Cirbanal al fondo; el más cercano es el pico Cacabillos que rodeamos por la derecha.

Siguiendo la senda alcanzamos la Hoya de Cacabillos con el pico Negrón a la derecha, la Cruz de Ciego y el Fasgal de frente y la Peña Cacabillos (farallón septentrional que viene desde el Cirbanal) a la izquierda. Cruzamos la hoya rodeando la peña Cacabillos (que dejamos a la izquierda) y remontamos (sin camino ni sendero) hacia poniente por donde hay menos maleza. Así alcanzamos el collado Cubil (1747 m) que separa el pico Cruz del Ciego del gran macizo del Cirbanal y da vista a oeste y al noroeste: montes de la Babia Alta y Somiedo y, sobre todo, el macizo de Las Ubiñas.
         

Desde el collado Cubil, vista atrás de la Hoya Cacabillos con el Negrón al fondo.

Las Ubiñas desde el collado Cubil.

Encontramos una senda hitada que seguimos; y rodea, dejando a la izquierda, un crestón calizo para dar acceso a una vallina de hierba que enseguida nos deja en la cresta del macizo (1845 m). Entre nosotros y el Cirbanal una gran hondonada de hierba (La Hoya de las Puentes) que rodeamos por la izquierda para situarnos sobre la arista meridional del macizo.

Hoya de las Puentes con el Cirbanal al fondo.

Arista del Cirbanal que rodeamos por la izquierda.

Encontramos la senda bien señalizada con hitos que enseguida abandonan la vertical arista (tiene puntos de escalada) y remonta duramente al bies la ladera sur. Ya casi arriba aparece una bifurcación (1950 m): unos hitos trepan directos hacia la cresta cimera y otros, por donde sigue la senda más marcada, rodean la peña, la superan y suben a la antecima para regresar al punto más alto (Cirbanal) donde se encuentra el vértice geodésico (2077 m). Las vistas son espléndidas y abarcan buena parte de la montaña central asturleonesa. Una hora dedicamos a reponer fuerzas y a disfrutar de la maravilla que tenemos a nuestros pies.
Peña de la Silla y Peña Genestosa desde la cumbre del Cirbanal.


Desde el Cirbanal: Valle del Pincuejo con Las Peñas al fondo y embalse de Barrios de Luna.

 Y emprendemos el descenso desandando hasta el borde meridional del macizo por donde subimos, y, siguiendo algunos hitos, nos precipitamos ladera abajo con cuidado por la abundante piedra suelta, y más abajo la pedregosa ladera pierde inclinación y gana cubierta vegetal. No precisamos de las manos en ningún momento. Rodeando el amplio valle surcado por Arroyo de Pincuejo (que queda muy abajo) y en paralelo a los crestones verticales que bajan de Peña Genestosa, dejamos atrás pastizales donde rumian las vacas y pacen algunos caballos buscando, como el arroyo, la salida del valle. Este se precipita en un profundo cañón que parece inaccesible y bajamos demasiado (1405 m) para observarlo de cerca; apenas vislumbramos su angostura en la distancia y decidimos subir para retomar una senda que nos va a permitir cruzar el crestón rocoso por el paso de La Cabra.


Vista atrás por donde hemos bajado; el Cirbanal es la peña de la derecha.

Las Peñas; muy abajo va el arroyo Pincuejo.

Primera colladina de La Cabra.

Segunda collada u horcada de La Cabra; al fondo se ve el pantano de Barrios de Luna

La senda colgada bordea sin peligro el abismo y se alza hasta la primera colladina (1470 m). En la otra orilla del Pincuejo, los estratos verticales grises de Las Peñas con franjas herbosas verdes tienen caídas de unos 200 metros y forman una imagen espectacular. Un corto descenso con un pequeño tramo empedrado da acceso a la segunda colladina (1455 m) desde donde tenemos buenas vistas del embalse de Barrios de Luna.

Rápido descenso después de pasar la 2ª colladina con Caldas de Luna y la A-66 al fondo.

La senda desciende fuertemente por la empinada ladera y, a veces, casi se pierde; encontramos algunos hitos. Al final de la pronunciada pendiente llegamos a una pequeña área recreativa al lado de la fuente Lamental (1190 m). Una senda se adentra en el profundo cañón y caminamos por ella unos pasos hasta que las grandes peñas lo taponan. Volvemos al área recreativa, cruzamos el arroyo Pincuejo y por el camino ancho regresamos a Caldas de Luna.

Lorenzo Sánchez Velázquez