sábado, 15 de noviembre de 2025

Cirbanal, Peña la Silla y Pico Las Rozas. Circular desde Robledo de Caldas

Salida: Robledo de Caldas 

Distancia: 13.7 km
Duración: 7:00 h (sin paradas)
Subidas Acumuladas: 1170 m
Altura Inicial: 1195 m
Altura Máxima: 2077 m
Fecha de realización: 08/11/2025
Dificultad: media
Track de la ruta




Itinerario: Robledo de Caldas – Majada de las Agujas – Refugio de los Fontanales – Pozo de Fontanales – Puerto Cubil – Las Hoyas de las Puentes – Collada (2005 m) – Pico Cirbanal – Collada (2005 m) – Peña de la Silla – Ladera Noroeste – Cabaña en Los Fontanales – Collado de las Rozas – Pico las Rozas – Arroyo de la Encubierta – Robledo de Caldas.

La gran peña del Cirbanal y Genestosa forma una amplia herradura que mira al este. Su lado meridional está cortado por un profundo tajo excavado por el Arroyo Pincuejo que, al otro lado, cede sus aguas al río Luna en el Embalse de Barrios de Luna pasando antes junto a la aldea de Caldas de Luna. Sus puntos más altos son las peñas Cirbanal y La Silla situadas ambas en el ramal norte del amplio arco. Subir a estas dos cumbres desde el lado oeste (por el este las subimos hace unos años como dejé constancia en este otro reportaje de este Blog) y completar la sierra de La Serrona que hicimos hace un año (ver en esta otra entrada del Blog) subiendo a su extremo septentrional en la Peña las Rozas, fueron los objetivos de esta ruta.


Rodeando por el oeste la altiva herradura discurre un valle por donde baja el Arroyo de la Encubierta que forma lo que se llama El Rincón que comprende tres aldeas: Caldas de Luna, Vega de Robledo y Robledo de Caldas. En esta última finaliza la carretera y allí dejamos los coches. Subimos a la zona alta del pueblo (N) y cruzamos el arroyo para coger una pista que vira al sur. Una amplia revuelta a la izquierda nos permite ganar altura a la vez que nos separa del valle (N). En la siguiente curva a la derecha se encuentra un refugio ganadero. Tras varios quiebros a uno y otro lado ganando altura alcanzamos una amplia planicie sobre el fondo del valle de la Encubierta. En este punto obtenemos buenas vistas hacia atrás de Robledo de Caldas y los picos por detrás de la aldea, La Seita y Cabachín.

Subiendo por la pista miramos hacia atrás: Robledo de Caldas queda en el fondo del Valle de la Encubierta; por detrás vemos la arista entre el Pico Cabachín (izda) y la Peña Veneros (dcha).

Al otro lado del Valle de la Encubierta vemos el Pico la Seita.

Continuación de la panorámica anterior: el pico La Lastrona es el de la derecha.

El amplio camino continúa subiendo recto y con menos inclinación (N) virando poco a poco hacia el este. Pasamos por lo que fue la Majada de las Agujas, un topónimo sin sustrato real, y pronto alcanzamos el refugio de Los Fontanales que está abierto y bien equipado. El camino ancho sigue en dirección al Collado de las Rozas. Lo abandonamos y seguimos una senda por las amplias praderas que avanzan hacia el Puerto Cubil al este. Mucho antes, cerca del refugio, encontramos al profundo y amplio Pozo de Fontanales que rodeamos por la derecha. Arriba a la derecha pespuntea una fina capa de nieve recién caída en la alargada arista que va del pico Cirbanal y a la peña La Siella mientras que a la otra mano vemos erguirse majestuoso el piramidal Pico de las Rozas.

Llegando a Fontanales vemos cerca el Pico las Rozas.


Refugio de Fontanales. A la derecha se extiende el Puerto Cubil.

Desde Fontanales vemos el Pico la Silla con una ligera capa de nieve que se habrá quitado al llegar arriba.

Impresiona la vertical silueta del Pico las Rozas.

Pozo de Fontanales con el Pico las Rozas por detrás (foto de Rosa).

Orientados hacia el este subimos por la izquierda del valle hasta alcanzar el collado del Puerto Cubil junto a una pequeña hondonada. La rodeamos por la izquierda para orientarnos al sur y acometemos la dura ascensión. Atrás quedaron las praderas y los valles, por delante la piedra caliza y el relieve cárstico. Ayudados por los hitos, subimos duramente cruzando algunos espolones rocosos sin más dificultad que la inclinación y el tránsito por terreno rocoso. Más arriba pasamos por el estrecho puente entre las Hoyas de las Puentes y después remontamos (SE) por terreno pedregoso pero más sencillo de caminar. Poco antes de alcanzar el collado cimero debemos bajar unos metros para acometer después la subida al collado situado a 2005 m que nos abre el horizonte oriental.

Pasado el Puerto Cubil iniciamos la subida por el roquedo.

Echamos la vista atrás sobre el Puerto Cubil y las cimas situadas al norte.

En la zona de las Hoyas de las Puentes (vista hacia atrás). 

Otra vista atrás desde más arriba.

Ya vemos la cima del Cirbanal con su vértice geodésico.

A la izquierda vemos la Peña Cirbanal con su vértice geodésico, a la derecha la Peña la Silla. Primero nos dirigimos al Cirbanal siguiendo una senda entre la vegetación rastrera que ha medrado en esta pequeña planicie. Al llegar, las nubes envuelven casi todo a nuestro alrededor, hace viento y frío; la sensación térmica es muy baja. Entre las nubes a veces se vislumbra el Embalse de Barrios de Luna en el que un raro reflejo en el agua produce el efecto de un inexistente hielo. Nos abrigamos y bajamos al collado.

Vista hacia atrás del collado al que acabamos de subir por la derecha. Al fondo, casi tapada por la nubes, vemos la Peña la Silla a la que iremos después.

En la cima del Cirbanal las nubes nos envuelven.

El embalse de Barrios de Luna se trasluce entre la niebla.

Seguimos (SO) por la arista rocosa de la montaña, ahora más afilada, pasando por o sobre algunas lajas o estratos casi verticales hasta alcanzar la cima de la Peña la Silla coronada por un pequeño hito de piedras. Las caídas hacia el sur son casi verticales y menos inclinadas hacia el norte. Sigue haciendo frío y poco paramos en la cumbre.

Subiendo a La Silla echamos la vista atrás sobre el Pico Cirbanal que en este momento se ha despejado.

Por la arista de la Peña la Silla.


Llegando a la cima de la Peña la Silla.

Para bajar mejor desandamos un corto trecho de la arista hasta dar con un pedregoso lomo que baja en paralelo a una riega. Por este lomo bajamos fácilmente sin más precaución que el ir juntos por si se desprende alguna piedra (todas están sueltas porque se trata de un pedrero sobre un lomo). Una vez superado el tramo de piedra suelta viramos a la izquierda para bajar por un tramo de hierba situada en la canal. 

Vista de Panazal y las sierras de La Serrona y los Grajos mientras bajamos de La Silla.

Vista hacia atrás de la ladera de La Silla por donde estamos bajando.

Bajamos por este pedregoso hombro hacia la zona de hierba. Allí viraremos a la izquierda.

Pronto la inclinación de esta canal aumenta y debemos virar de nuevo a la izquierda para llanear por una zona pedregosa con algunas lastras inclinadas y alcanzar otra pradera por donde el descenso es más sencillo. La piramidal peña del Pico las Rozas impresiona por su esbeltez y hacia ella nos dirigimos. Poco antes de alcanzar el collado que la precede, el Collado de las Rozas, pasamos junto a una cabaña recientemente arreglada en Los Fontanales. 

Mientras bajamos al Collado las Rozas tenemos está impresionante vista.

Cabaña en Fontanales con el Pico las Rozas cerrando el horizonte.

El breve collado da paso a la empinada ladera de la peña. Al principio con broza, más arriba por terreno mixto de vegetación rastrera y piedras, subimos al bies con la intención de alcanzar la arista rocosa lo más arriba posible. Pero nos pasamos en el faldeo buscando una inexistente canal y para no retroceder nos toca trepar un buen tramo hasta situarnos en la antecima muy cerca de la cumbre. Si se utiliza este track es mejor subir antes hacia la arista y completar la ascensión por la misma arista o pegados a ella.

Desde el Collado las Rozas el pico homónimo pierde su altivez, pero su ladera es más inclinada de lo que aparenta.

Tramo final de subida al Pico las Rozas. Queda oculta en la foto el tramo de trepada que habríamos evitado subiendo antes a la arista.

El Pico de las Rozas es también una atalaya impresionante destacando las vistas sobre Las Ubiñas al norte, las sierras de los Grajos y La Serrona al oeste y toda la mole del Cirbanal al este y sureste. Paramos a reponer fuerzas. Dejo fotos ilustradas de las vistas.

En la cima del Pico las Rozas.

Vista suroeste desde el Pico las Rozas.

Vista oeste.

Mirando al norte desde el Pico las Rozas.

Vista noreste.

El gran macizo del Cirbanal nos cierra el frente este.

Queríamos bajar por la arista suroeste pero no sabíamos que termina en un cortado. Al principio, la arista, con fuertes caídas a ambos lados, presenta un descenso escalonado y sencillo. La seguimos pero cuando vemos que finaliza en un cortado debemos destrepar unos 10 metros hacia la izquierda para coger una evidente canal herbosa. Tendríamos que haber bajado a esa canal más arriba. La canal verde es inclinada pero permite bajar fácilmente hasta el collado que separa el Pico las Rozas de la Peña Castro.

Bajando un corto tramo por la arista suroeste del Pico las Rozas.

Destrepando para alcanzar una inclinada canal de hierba.

Por esta inclinada canal de hierba se baja con facilidad.

Vista hacia atrás del Pico las Rozas y su canal de hierba por donde bajamos.

Llegando al Arroyo de la Encubierta miramos hacia atrás. A la izquierda el collado del que venimos y en el centro el Pico las Rozas.

Llegando Robledo de Caldas con el Pico Cabachín y la Peña Veneros detrás.

Podríamos bajar faldeando las laderas y alcanzar las pista por la que subimos. Para no repetir ese camino decidimos bajar pegados al Arroyo de la Encubierta por donde, desde arriba, se intuye un sendero. Sin camino ni senda, rodeando las matas de maleza, bajamos a una tira de hierba que baja al fondo del valle. Junto al arroyo encontramos una senda que va pegada a él por su margen derecho y que nos baja fácilmente a Robledo de Caldas.

Lorenzo Sánchez Velázquez


martes, 28 de octubre de 2025

Peña Salengues y Pinganón Caideru. Circular desde Entrepeñes

Salida: Entrepeñes (Concejo de Aller)

Distancia: 17.5 km
Duración: 7:00 h (sin paradas)
Subidas Acumuladas: 1100 m
Altura Inicial: 483 m
Altura Máxima: 1233 m
Fecha de realización: 25/10/2025
Dificultad: media
Track de la ruta




Itinerario: Entrepeñes – Ermita y Río de San Julián – Vendalende – Cueva Ablanu – Vendalende – La Roble (desvío a Pasada la Boya) – Pasada la Boya – Estruman – La Felguerina – Peña Salengues – Cochá Cuartes – Cotisquéu – Carricia – Pinganón Caideru – Carricia – Vachín – Pandián (desvío) – El Gradín – Reguero Rumiera (enlace con pista) – La Fuente – Mirador la Pandiella – Santibáñez de la Fuente – Collanzo – Campes – Cerezuelo – Entrepeñes.


La Peña Salengues o Solengues es la más oriental del alargado crestón calizo de la Cordal de la Roble que se dirige al este desde la aldea allerana de Entrepeñes. Más al este aún, a apenas dos kilómetros y en la base del Pico Cuchu, se encuentra el precioso Pinganón Caideru. Todos estos parajes están en medio de preciosos bosques entre los que se dibujan a modo de islas prados y cabañas asiento de una antigua y conservada tradición ganadera. Recorrer estos lugares y de paso desviarnos unos metros para visitar la pequeña y casi inaccesible Cueva Ablanu fue el objeto de esta magnífica excursión.

Mapa en relieve de la ruta

Dejamos el coche en la pequeña aldea de Entrepeñes al lado de la carretera AS-253 que sube al Puerto de San Isidro. Pasado el Arroyo de San Julián que en el mismo pueblo vierte en el Río Aller, cogemos un camino ancho (NE) que remontar el valle. Pronto enlaza con otra pista que viene de Pelúgano y, unos metros más adelante, el camino que resulta de la unión de ambos pasa junto a la pequeña ermita de San Julián y cruza por un puente el arroyo del mismo nombre.

Vista atrás del comienzo de la ruta en Entrepeñes.

Otra vista hacia atrás que da fe del nombre de la localidad de partida situada entre ambas peñas.

El camino ancho va entre prados limitados por árboles o entre bosquetes.

Esta es la pequeña Ermita de San Julián.

Entre buenos prados con cabañas en uso, el ancho camino sube (NE) para afianzarse más arriba hacia el oeste y remontar duramente en la zona más inclinada sumergido en un precioso bosque mixto donde abundan hayas, robles y castaños. Varias revueltas nos permiten ganar altura rápidamente hasta alcanzar la tercera a la derecha en Vendalende. Aquí abandonamos la pista para coger una senda a la izquierda con la intención de encontrar la Cueva Ablanu de la que hemos oído hablar. Apenas visible al comienzo, en seguida atraviesa la Reguera de Peñalba y poco después prácticamente se pierde entre la maleza. Evitando las zonas más cerradas, enseguida nos situamos sobre la propia cueva que no se ve (sabemos que está allí porque la llevamos marcada con un track). Destrepamos unos metros ayudados por las ramos de un avellano y accedemos a ella. Es pequeña, con algunas estalactitas y columnas y ha sido utilizada hasta hace muy poco como cuadra para cabras.

La pista sube entre castaños, robles y helechos.

Otra imagen de la pista por la que subimos.

Estalactitas, estalagmita y columnas en la Cueva del Ablanu. No hay más que lo que se ve.

Desandamos el camino hasta la pista que continúa la progresión (E) por el bosque, de nuevo salpicado por prados y cabañas. El camino se ha ido acercando al alargado crestón calizo de la Cordal de la Roble en cuya ladera norte y cerca de las peñas hay un precioso hayedo. Al poco de sumergirnos en él y dejar atrás los prados, en la zona de La Roble, sale a la derecha un ancho camino que seguimos (SO)  y finaliza en la entrada de un gran prado. Una marcada senda lo rodea por la izquierda subiendo fuertemente a la vez que se sumerge en el bosque por donde avanza, apoyado por algún tramo armado, hacia las calizas del alargado crestón. La estrecha entalladura de la Pasada la Boya nos permite superarlo. Un corto descenso para rodear la peña nos sitúa en una plataforma con preciosas vistas hacia el sur (Cordillera Cantábrica). Dejó algunas fotos ilustradas.

Los prados con cabaña se extienden hacia el fondo del valle (a la izda).

Subiendo por senda bien trazada hacia la Pasada la Boya.

Llegando al roquedo poco antes de cruzarlo en la Pasada la Boya.

Superada la Pasada la Boya se nos abre el horizonte sur.

Continuación de la panorámica anterior hacia el suroeste.

Vista hacia el oeste.

La senda da un brusco giro a la izquierda y baja hasta los preciosos prados y cabañas de Estruman. La senda se ha convertido en un precioso camino que rodea las fincas flanqueadas por fresnos. Al llegar a la última, el camino da un giro brusco a la derecha para enlaza con la pista que viene desde Collanzo. La abandonamos para seguir (E) una senda que rodea la finca y que encontramos bastante cerrada por helechos y algunas zarzas, cotoyas y espinos. Es un tramo pesado que finaliza medio kilómetro más adelante en los prados de La Felguerina. Tenemos suerte porque, aunque toda la ladera está completamente invadida por el helechal, el camino ha sido desbrozado recientemente desde este punto hasta su finalización en la Cochá Cuartes.

Uno de los prados en Estruman.

El camino con buena factura rodea los prados en Estruman.

Otro cercado también en Estruman.

Seguimos el desbroce y unos metros antes de La Cochá lo abandonamos para subir por una sendilla que deja a la derecha las peñas más orientales de la Salengues. Sube hasta un alto desde donde ya vemos muy cerca la doble peña tras un haya cuyas ramas bajeras casi cortan el paso. La peña presenta un relieve cárstico y por tanto abrupto. La cima de la derecha está escalonada y se sube bien, la de la izquierda es algo más agreste y hay que rodear una primera peña por la izquierda subiendo por una pequeña llambria que da acceso sencillo a la cumbre. Ambas cimas son pequeñas y estrechas y, sobre todo, las caídas son verticales; hay que tener cuidado.

A partir de La Felguerina encontramos el camino desbrozado hasta la Cochá Cuartas. En el tramo anterior, después de Estruman, no lo estaba.

Cumbre oriental de la Peña Salengues. Se sube por la izda tras superar las ramas del haya que se ve parcialmente.

Cumbre occidental de la Peña Salengues desde la cima de la oriental. Aunque muy vertical, se sube bien por la izda de la foto.

Aquí estamos en la cumbre occidental de la Peña Salengues.

Vista noroeste desde la Peña Salengues.

Mirando al norte desde la Peña Salengues.

Vista noreste.

Mirando hacia el este desde la cima occidental de la Peña Salgues. En primer término tenemos la cumbre oriental y la ladera por donde se sube.

Vista sureste desde la Peña Salengues.

Bajamos de la Peña Salengues y por la misma senda que en la subida nos dirigimos a la cercana Cochá Cuartes. Cruce de caminos y de valles, por la izquierda (N) viene la pista que abandonamos en La Roble para subir por la Pasada la Boya, por la derecha (S) va otra hacia Collanzo y de frente (E) la que llega al Collado Acebu situado a los pies del Pico Cuchu. Seguimos por esta última unos metros rodeando el prado de Cotiesquéu y la abandonamos después para bajar por una campera en donde encontramos una marcada senda. Estamos en el valle de Llanos. La senda desemboca en un camino ancho al lado de una cabaña de reciente y fea factura llamada La Braña.

Uno de los caminos anchos que seguimos después de la Cochá Cuartes. A la izda vemos la Pico Cuchu.

En otros tramos caminamos por marcadas senda.

Cabaña de la Braña donde arranca otro tramo de camino ancho.

Este camino a su vez desemboca en el principal que viene de Collanzo y por el que bajaremos. La pista da un fuerte giro a la derecha en la zona de Carricia, pero nosotros mantenemos la dirección siguiendo una senda bastante abandonada entre prados. La senda desemboca en un camino ancho que es un ramal de la que viene de Collanzo que a su vez finaliza unos metros más adelante. Le da continuación otra senda que, entre la broza, nos lleva al cercano Pinganón Caideru; se pasa bien. El Pico Caideru presenta arriba una entalladura por donde el Pinganón forma una suave cabellera de agua o llovizna que cae o resbala entre los musgos a una pequeña laguna produciendo un paraje realmente hermoso. Paramos a reponer fuerzas.

En esta zona la senda está limpia.

En esta también. Al fondo el Pico Cuchu.

Pinganón Caideru. Apenas cae una tenue cortina de agua.

Otra imagen del Pinganón Caideru.

Desandamos el camino hasta Carricia y continuamos por la pista principal (O) dejando a uno y otro lado prados y cabañas. Pasado el desvío a Patateru (a la izquierda) la pista vira al suroeste y baja por el hombro que separa el Valle de Llanos, en el que estamos, del de Cardeo a la derecha y por el que bajaremos. Después del gran prado de Vachín, abandonamos la pista que da una gran revuelta, para meternos en el bosque por una senda a la derecha que desemboca, en El Grandín,  en el camino antiguo que baja por el Valle de Cardeo. Empedrado y ancho, hoy día está bastante abandonado pero aún se pasa bien. Salimos de nuevo a la pista evitando así un amplio rodeo.

Estamos en el camino antiguo en la zona de El Grandín que cogemos para atajar en la ancha pista que baja a Collanzo.

Otra imagen de este camino antiguo que poco a poco se va perdiendo.

Aún conserva tramos del antiguo empedrado.

Bajando por la pista hormigonada hacia la aldea de La Fuente.

La pista cruza el Reguero Rumiega y, hormigonada, entra en la aldea de La Fuente donde encontramos varios hórreos y el Mirador la Pandiella al lado de la carretera, unos metros por debajo de las casas.

Vemos la casas de La Fuente.

Hórreo y carro en La Fuente.

Mirador de La Pandiella bajando por la carretera hacia Santibáñez de la Fuente.

Vista de Collanzo desde el Mirador de la Pandiella.

Por asfalto bajamos al cercano Santibáñez de la Fuente donde se encuentra la Iglesia de San Juan de Riomiera de aspecto heterogéneo con restos románicos del siglo XIII y una portada de entre los siglos XIV y XVI. Detrás de la iglesia está el cementerio y delante de su portada destaca el Tejo de Santibánez de la Fuente. Con una altura de 12 metros y un tronco de 3,5 metros de perímetro, este tejo milenario está declarado Monumento Natural desde 1995.

Iglesia de San Juan de Riomiera y tejo milenario declarado Monumento Natural.

El camino que une Collanzo con Entrepeñes es ancho. Sólo al final se convierte en una senda que está bastante perdida.

En esta zona la senda aún se mantiene en buen estado, más adelante no.

Seguimos unos metros por la carretera y, en lugar de bajar a la aldea de Collanzo, la rodeamos siguiendo un camino ancho que avanza hacia el norte subiendo entre prados hasta la zona de Campes. Después llanea y da un quiebro para salvar una riega y finaliza a la entrada de una cabaña un tanto destartalada. El camino, transformado en senda, iba por encima de la cabaña y del prado, pero lo encontramos totalmente cerrado por lo que cruzamos este prado y el siguiente y salimos a  la senda en una zona algo más limpia. Estamos cerca de Entrepeñas pero el camino en este tramo está bastante perdido. Pasamos al lado de la cabaña de Cerezuelo y continuamos por un sendero que deja a la derecha una torreta de media tensión. Pensábamos que al ir acercándonos a la aldea el camino mejoraría, pero no, sigue bastante perdido hasta llegar a las casas de Entrepeñes.

Lorenzo Sánchez Velázquez